domingo, 17 de febrero de 2019

EL JARDÍN DE LAS MARIPOSAS AZULES




Hay conacastes y Maquílishuat
raíces abrazadas de tiempo en tiempo,
el roció cuajado en la hierba,
ardillas que saltan de un árbol a otro
y aves chillonas sacudiendo sus ramas.

Todo esto ocurre todas las mañanas
en la entrada de una casa blanca
con techo de flores jazmín,
en su interior existe un hermoso jardín,
de colores y aromas sin fin.

Hay un sendero de Hortensias que sin
prudencia te besa al pasar,
te hechizan los girasoles que amorosamente
te esperan para arrullarte y no soltarte
hasta que vuelvas a soñar .

El rojo intenso de la rosas te enamora
con su delicada fragancia,
cascada de campanillas lilas ilumina la pupila,
a la vera del camino blanquísimos cartuchos
te guían a otra entrada inesperada.

Con brisa primaveral se mueven todos los pétalos
como un ritual magistral,
la sonrisa del atardecer se acentúa
y lirios y clavelinas mantienen erguida su belleza,
gorrioncillos efímeros se posan sobre ellos.

Tras un árbol Musa con sus hojas salmón
te encuentras con hermosas Violetas, pintas Orquídeas
engalanadoras margaritas, diminutas Petunias,
lindas gladiolas, majestuosos nardos, bellas amapolas
los naranja aves del paraíso las infaltables Dalias.

las inconfundibles veraneras seguidas de los claveles
que hacen matiz con los Anturios y el madre cacao,
las azucenas y yerberas están presentes
la prodigiosa flor de maguey al lado de la begonia
todo es un festín y derroche floral.

Excelsas y deslumbrantes
plácidas viven como en su propio habitad  que parecen
partes de cielo suspendidas en el viento
ilustrando cada día este recinto mágico
las mariposas azules.


Este poema fue terminado con la colaboración
de mi madre mi hermano Cesar y mi hijo Paúl.




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