Cangrejito,
cangrejito,
que caminas de ladito
cántame quedito
en la ribera de tu
mar,
si eres de agua dulce,
regálame
el susurro del viento.
Con tus ojos saltones
y afiladas tenazas,
inventemos cuentos de
ensueño
de hadas y dragones,
volando bajo el
celeste cielo.
Cantando de alegría,
encaminados
a Morfeo en el regazo
materno,
los niños tendrán… mágicos
sueños.
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