En la esquina de
un portal canta un
niño
por necesidad,
el hambre y la sed lo
hacen trabajar.
Sus pequeños pies
descalzos y dañados,
buscan donde reposar.
Un perro flaco y
pulgoso,
lo ama de verdad,
fielmente lo acompaña,
bajo sol y lluvia…
juntos,
pasan penas.
En una banca agrietada
su cuerpo grácil
envuelve
con plásticos y
cartones,
a un lado su amigo de
cuatro patas,
Así pasan la noche
en una lúgubre plaza.